1.3 LOS PIONEROS DE LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA
1.3.1 Socialismo utópico de Saint-Simon, Robert Owen y Fourier.
En 1825, la sociedad europea había experimentado varias ondas de choque de cambio. La transformación
fue puesta en marcha por dos inmensas revoluciones: una marcó el ritmo del cambio político en el siglo XIX.
siglo, mientras que el otro transformó radicalmente la naturaleza del hombre económico. Como hemos visto, el
La Revolución Francesa hizo cambiar el orden del día y ayudó a inculcar en el hombre, al menos algunos
hombres - la noción de que el cambio era bueno y deseable de alguna manera. Ocurriendo al mismo
tiempo, aunque con un ritmo variado dependiendo de la nación europea que estemos observando, un
La Revolución Industrial hizo sus maravillas en naciones, clases sociales e individuos.
Apareciendo como lo hicieron en el primer cuarto del siglo XIX, es necesario identificar el
Socialistas utópicos según la perspicacia con la que entendieran y trataran a las masas
desafío de la sociedad industrial. En este sentido, fue Charles Fourier (1772-1837) quien parece
Ha sido el más utópico de los socialistas utópicos. Aunque Fourier estaba al tanto de lo que
sucediendo en Inglaterra como resultado de la Revolución Industrial, rechazó el industrialismo
venta al por mayor. Despreciaba el liberalismo del laissez-faire y el sistema fabril no por lo que
efectos que pudieran tener en la sociedad humana, sino porque creía que la sociedad industrial era un
fase de paso. No vio la necesidad de rectificar los peligros inherentes al industrialismo; simplemente fue
más allá del industrialismo ignorándolo. Los visionarios pueden hacer esas cosas, ¿sabe?
Como visionario, las ideas de Fouriers parecen bastante fantásticas y sin fundamento en la realidad. De hecho, hay
is much in Fouriers writing that is pure nonsense. He exhibits that almost characteristic
pretension of the visionary: contradictory, confused, repetitive, chaotic and, of course, long-
winded. Reading Fourier after having read Marx and Engels, Fourier comes off as a confused
thinker. For instance, Fourier's passion for numbers led him to predict that the ideal world he
was helping to create would last 80,000 years, 8,000 of them in an era of Perfect Harmony.
When we turn from Fourier to the ideas and work of Robert Owen (1771-1858), we move into a
significantly different historical context.
Robert Owen understood the implications of industrialization better than Fourier and accepted
them in a much more positive way. He was more open to new machinery, new techniques and
new discipline because he saw these improvements as steps on the road to increasing human
happiness. In his earliest days, however, ROBERT OWEN appeared to be little more than a
benevolent factory owner who made paternalistic improvements in the lives of his employees.
He spoke a language that seemed to go back to a pre-industrial moral economy and a near
rejection of modern commercial civilization. For this reason, Owen attracted the attention of the
rural gentry and those politicians whose ideas were anti-modern.
Owen’s reputation grew after 1800 through his operation of a textile factory in New Lanark,
Scotland. Owen had introduced such improvements as shorter working hours, healthier and
safer working conditions, after-hours recreation, schools for children and adults, moral
education, renovated housing, an end to child labor and insurance plans financed by payroll
deduction. Owen hated the modern factory system, so he decided to revolutionize it. The factory
system encouraged social irresponsibility, destructive competition and heartless individualism. In
contrast, pre-industrial society was characterized by a pervasive social conscience, by a belief
by the upper orders that they had the duty to look after the poor and unfortunate, and by a
strong sense of community among the working classes.